Aquella mano fría y pesada era la mano de su padre, Willy. Los abuelos de Marie habían desaparecido como la niebla en la noche, como si de gas se trataran. Tom tenía que admitir que estaba completamente lleno de miedo, el pánico se estaba poseyendo de su ser.
-¿Qué haces aquí Tom?- le dijo su padre.
-Pues...estaba buscando a Marie y sus abuelos...
Tom cayó al suelo como una pluma, muy rápido. Esa noche se despertó en su cuarto y seguía pensando en todo lo que ocurría... Donde estaba Marie, qué/como/son los abuelos de Marie, porque sus padres había desaparecido y sobre todo aquel pozo seco. El pozo seco era como el alma del pueblo, como la madre que siempre sigue a su hijo. En sus sueños le hablaba, en una lengua que Tom nunca entendía hasta que esa noche... Tom oyó la puerta de su casa.
-¿Quién es?-Dijo Tom lleno de miedo.
De pronto una sombra veloz pasó por la ventana de su cuarto, Tom se giró y cojió la linterna que tenía en su mesilla de noche. Salió a la calle y allí estaba el pozo seco, esperándolo.
Se acercó más y más... alumbró con su linterna... Marie lo llamó desde el portal de su casa.
-¡Tom!, ven- Dijo su amiga.
Tom veía en ella algo distinto, raro. Se acercó a su amiga como si de un fantasma se tratase.
-¿Donde estabas?-Dijo Tom
-Fuí a casa de mis padres unos meses-le respondió su amiga.
Había pasado 4 meses desde que Marie se "había ido" para Tom solo habían pasado como dos días...se dió la vuelta y el pozo había desaparecido, su amiga Marie no dejaba de mirarlo con la mirada perdida y penetrante, Tom se fijo, en su casa no había alguien sino algo y sea lo que sea estaba detrás de todo esto y de aquel maldito pozo.
viernes, 23 de marzo de 2012
sábado, 10 de marzo de 2012
Capítulo 4.- El poeta y la Musa
Tom se despertó en el mismo sitio, al lado del pozo de piedra seco, sin vida, muerto. Despertó solo, un poco de luz le entraba por la retina de su ojo el cuál se despertó.
-¡Marie!,- gritó Tom intentando buscar a su amiga.
Salió de aquel bosque, sin mirar atrás como si de una carrera contrareloj se tratase. Tom entró en el bar de Huston weets, cansado, con el rostro sucio. Rene, la camarera lo vió:-¡Hola!, bienvenido a Huston weets, ¿en qué puedo ayudarle?.,- le dijo la camarera.
Tom no le respondió pero se pudo fijar en que la mirada de Rene, según la placa que tenía en la camiseta, no entrelazaba con la mirada de Tom. Salió del bar enseguida dirijiéndose a su casa. -¡Mamá,papá, he llegado.- dijo este con voz cansina, preocupante.
Nadie le respondió, se dirigió a la cocina y vió una nota:
"Tom, hemos salido a comprar unas cosas, volvemos en 10 minutos"
-¡Genial!.- dijo Tom. -¿Qué hago ahora?.
Salió a la calle, Tom miró su reloj que le había dado su abuela de niño y recordó sus palabras qué nunca las había entendido:
"Cuándo estés en peligro este reloj no marcará tu hora"
Tom fué a casa de Marie, entró como si nada y gritó su nombre:
¡Marie!,¡Marie!.- dijo este.
Oía pasos por la escalera de madera, pasos lentos y fuertes.
-¡Hola Tom!, dijo la abuela de Marie.- Ella no está ahora mismo, fue a hacer... unos recados.
-¿Y su marido?....- dijo el asustado Tom.
-¡Aquí mismo!.- le pusó Watson la mano en el hombro a Tom.
-Bien, pues me voy....- dijo Tom muy asustado.
-¡jajaja!.- La risa de Anna era maléfica, como si algo ocultara.
Tom salió de esa casa corriendo miró su reloj y habían pasado 3 días, su reloj brillaba y en él estaba el rostro de Marie, pidiendo ayuda desde la biblioteca del pueblo de Huston Fried. Tom salió en su ayuda sin mirar atrás, hasta que la noche lo atrapó de nuevo, a él y a su reloj, el único arma que tenía para que luchara con lo que le estaba torturando desde que llegó aquel pueblo, un pueblo de niebla, un pueblo de...
Tom recordó esta historia a un poema que sus abuelos solían leerse: "el Poeta y la Musa", recordó cómo la Musa moría en manos de una oscuridad infinita, Tom llegó a la biblioteca, entró y de repente estaba el pozo en medio de la biblioteca como si del bosque se tratara. El dolor de cabeza era más insportable, Tom sintió una mano en su hombro, se giró.
-¡Marie!,- gritó Tom intentando buscar a su amiga.
Salió de aquel bosque, sin mirar atrás como si de una carrera contrareloj se tratase. Tom entró en el bar de Huston weets, cansado, con el rostro sucio. Rene, la camarera lo vió:-¡Hola!, bienvenido a Huston weets, ¿en qué puedo ayudarle?.,- le dijo la camarera.
Tom no le respondió pero se pudo fijar en que la mirada de Rene, según la placa que tenía en la camiseta, no entrelazaba con la mirada de Tom. Salió del bar enseguida dirijiéndose a su casa. -¡Mamá,papá, he llegado.- dijo este con voz cansina, preocupante.
Nadie le respondió, se dirigió a la cocina y vió una nota:
"Tom, hemos salido a comprar unas cosas, volvemos en 10 minutos"
-¡Genial!.- dijo Tom. -¿Qué hago ahora?.
Salió a la calle, Tom miró su reloj que le había dado su abuela de niño y recordó sus palabras qué nunca las había entendido:
"Cuándo estés en peligro este reloj no marcará tu hora"
Tom fué a casa de Marie, entró como si nada y gritó su nombre:
¡Marie!,¡Marie!.- dijo este.
Oía pasos por la escalera de madera, pasos lentos y fuertes.
-¡Hola Tom!, dijo la abuela de Marie.- Ella no está ahora mismo, fue a hacer... unos recados.
-¿Y su marido?....- dijo el asustado Tom.
-¡Aquí mismo!.- le pusó Watson la mano en el hombro a Tom.
-Bien, pues me voy....- dijo Tom muy asustado.
-¡jajaja!.- La risa de Anna era maléfica, como si algo ocultara.
Tom salió de esa casa corriendo miró su reloj y habían pasado 3 días, su reloj brillaba y en él estaba el rostro de Marie, pidiendo ayuda desde la biblioteca del pueblo de Huston Fried. Tom salió en su ayuda sin mirar atrás, hasta que la noche lo atrapó de nuevo, a él y a su reloj, el único arma que tenía para que luchara con lo que le estaba torturando desde que llegó aquel pueblo, un pueblo de niebla, un pueblo de...
Tom recordó esta historia a un poema que sus abuelos solían leerse: "el Poeta y la Musa", recordó cómo la Musa moría en manos de una oscuridad infinita, Tom llegó a la biblioteca, entró y de repente estaba el pozo en medio de la biblioteca como si del bosque se tratara. El dolor de cabeza era más insportable, Tom sintió una mano en su hombro, se giró.
Capítulo 3.- Extraña sensación
Tom al ver a Marie adentrándose en el bosque y ver como se perdía entre la niebla densa que cubría hasta la copa más alta de ese lugar, salió en su búsqueda. Se adentró en el bosque, con miedo, con esa extraña sensación que lo vigilaban, y así era.
-¡Qué diablos...! -se dijo Tom a su persona.
En el suelo encontró un papel, sucio de la tierra pero eso no era lo preocupante era un papel el cual él había escrito de niño, un papel que ponía: " Quiero ir a donde la niebla oculte la copa de los árboles".
Tom estaba asustado, él nunca había escrito esa nota, la dobló y la introdujo en su bolsillo.
Siguió en busca de Marie, a lo lejos veía como se acercaba más a el llamado "Pozo seco" , un pozo con una leyenda no muy amigable que digamos. Alguien se acercaba, Tom oía sus pasos y decidió esconderse.
Entre las ramas secas pudo llegar a ver con poca visibilidad a Marie su amiga de la infancia junto a sus dos abuelos sentados enfrente del pozo como si de la parada del autobús se tratara. Tom salió:
-¿Marie qué haces aquí junto a tus abuelos?-dijo Tom preocupado.
-¡Tom!,-le dijo Marie muy sorprendida, - visitamos este pozo habitualmente, es nuestra zona por así decirlo.
Los abuelo ni se fijaron de la presencia de Tom estaban anodadados con aquella escultura de pozo, como si una fuerza los atrayera.
Tom sintió un dolor de cabeza tan fuerte que lo hizo cerrar los ojos y apretar su frente con el suelo húmedo y frío de aquel lugar, abrió los ojos y los abuelos de Marie no estaban sólo estaba ella, sentada en aquel pozo, como si nunca aquella sensación hubiera pasado en la vida del inocente Tom.
-¡Qué diablos...! -se dijo Tom a su persona.
En el suelo encontró un papel, sucio de la tierra pero eso no era lo preocupante era un papel el cual él había escrito de niño, un papel que ponía: " Quiero ir a donde la niebla oculte la copa de los árboles".
Tom estaba asustado, él nunca había escrito esa nota, la dobló y la introdujo en su bolsillo.
Siguió en busca de Marie, a lo lejos veía como se acercaba más a el llamado "Pozo seco" , un pozo con una leyenda no muy amigable que digamos. Alguien se acercaba, Tom oía sus pasos y decidió esconderse.
Entre las ramas secas pudo llegar a ver con poca visibilidad a Marie su amiga de la infancia junto a sus dos abuelos sentados enfrente del pozo como si de la parada del autobús se tratara. Tom salió:
-¿Marie qué haces aquí junto a tus abuelos?-dijo Tom preocupado.
-¡Tom!,-le dijo Marie muy sorprendida, - visitamos este pozo habitualmente, es nuestra zona por así decirlo.
Los abuelo ni se fijaron de la presencia de Tom estaban anodadados con aquella escultura de pozo, como si una fuerza los atrayera.
Tom sintió un dolor de cabeza tan fuerte que lo hizo cerrar los ojos y apretar su frente con el suelo húmedo y frío de aquel lugar, abrió los ojos y los abuelos de Marie no estaban sólo estaba ella, sentada en aquel pozo, como si nunca aquella sensación hubiera pasado en la vida del inocente Tom.
jueves, 23 de febrero de 2012
Capítulo 2.- Huston Fried
Esa noche Tom soñó con esa pareja de ancianos:
-¿Quiénes eran?- se repetía Tom a cada segundo en su cabeza.
Daba vueltas y vueltas en su cabeza, como si su mente conectara con esas dos personas vistas esa tarde. A la mañana siguiente Marie vino a buscar a Tom para seguir enseñándole aquella cúpulla llamada: Huston Fried. Para Tom un pueblo fantasma el cual ni el mismo sol se acercaba a medio palmo, para Marie un pueblo el cuál era mayormente recuerdos de su infancia.
-Marie...¿me quieres decir quiénes eran esos dos armarios de ayer?- la miró intensamente a los ojos.
-Tom...¡Son mis abuelos tonto!, a veces se pasan de graciosos...Ven te los presento.
Tom sentía cada vez más miedo cuándo su cuerpo penetró en el umbral de aquella puerta chirriante, como si de un fantasma con cadenas se tratara.
-¡Abuelo, abuela...He regresado...y con compañía!-dijo Marie intentando asustar a Tom.
-¡Pero si es el novio de nuestra Merie!- dijo Watson, el abuelo de Marie.
-¡Es Marie abuelo!- Le reprendió Marie a este.
La abuela de Marie era más "siniestra" apenas hablaba y no apartaba la vista de Tom, el cuál le temblaban las piernas como gelatina aunque se hacia el fuerte.
-¿y bueno Tom... qué te parece este pueblo?- le dijo Anna. la abuela de Marie.
-Pues...¿bonito?- Tom se quedó anodadado al oír la voz de aquella mujer.
Tom tuvo que salir de aquella casa, su conciencia se lo pedía más y más.
-¿Qué te pasa Tom- le dijo enseguida Marie.
-No lo sé, necesitaba tomar aire...Tus abuelos, son majos- le dijo este.
Marie sentía desconfianza de él... Esa noche Tom no cenó y enseguida subió a su cuarto. Sentado en su ventana veía el bar "Huston weets", el bosque y el pozo seco.
Tom no se lo creía, era Marie e iba de camino al bosque de Huston Fried.
-¿Quiénes eran?- se repetía Tom a cada segundo en su cabeza.
Daba vueltas y vueltas en su cabeza, como si su mente conectara con esas dos personas vistas esa tarde. A la mañana siguiente Marie vino a buscar a Tom para seguir enseñándole aquella cúpulla llamada: Huston Fried. Para Tom un pueblo fantasma el cual ni el mismo sol se acercaba a medio palmo, para Marie un pueblo el cuál era mayormente recuerdos de su infancia.
-Marie...¿me quieres decir quiénes eran esos dos armarios de ayer?- la miró intensamente a los ojos.
-Tom...¡Son mis abuelos tonto!, a veces se pasan de graciosos...Ven te los presento.
Tom sentía cada vez más miedo cuándo su cuerpo penetró en el umbral de aquella puerta chirriante, como si de un fantasma con cadenas se tratara.
-¡Abuelo, abuela...He regresado...y con compañía!-dijo Marie intentando asustar a Tom.
-¡Pero si es el novio de nuestra Merie!- dijo Watson, el abuelo de Marie.
-¡Es Marie abuelo!- Le reprendió Marie a este.
La abuela de Marie era más "siniestra" apenas hablaba y no apartaba la vista de Tom, el cuál le temblaban las piernas como gelatina aunque se hacia el fuerte.
-¿y bueno Tom... qué te parece este pueblo?- le dijo Anna. la abuela de Marie.
-Pues...¿bonito?- Tom se quedó anodadado al oír la voz de aquella mujer.
Tom tuvo que salir de aquella casa, su conciencia se lo pedía más y más.
-¿Qué te pasa Tom- le dijo enseguida Marie.
-No lo sé, necesitaba tomar aire...Tus abuelos, son majos- le dijo este.
Marie sentía desconfianza de él... Esa noche Tom no cenó y enseguida subió a su cuarto. Sentado en su ventana veía el bar "Huston weets", el bosque y el pozo seco.
Tom no se lo creía, era Marie e iba de camino al bosque de Huston Fried.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Capítulo 1.- La mudanza
-¿Pero qué?- dijo Tom al ver el "nuevo" pueblo en el que iba a vivir.
- No te preocupes Tom verás que harás nuevos amigos- le dijo su padre para tranquilizarlo.
En los ojos de Tom había miedo, todo para él era extraño. Era un adolescente normal, de 16 años una inocente criatura, delgado como un palillo y tan alto como el último árbol caído en una guerra. A lo lejos Tom vió a una persona que le resultaba familiar.
- ¡Marie!, ¿qué haces tú aquí?- Sonrío Tom como si fuera su última sonrisa.
- ¡Vivo aquí,Tom! en realidad estoy con mis abuelos ya que mis padres con el tema del trabajo pues...
A Tom solo le importaba que Marie estaba en ese pueblo fantasma donde el único vecino que tenían eran las termitas del trastero.
-¡Marie!, si que has crecido desde la última vez, ya sabes el tema del trabajo y demás- dijo Peter, el padre de Tom.- Hijo, vete con Marie ella te ensañara tu nueva Ítaca-.
Marie y Tom caminaron durante horas, apenas viendo a cinco o seis habitantes en aquel pueblo que parecía una cúpula para evitar el contagio.
-Seguro que este pueblo no es famoso en sus guías turísticas- sonrío Tom.
- ¡jajaja!, tú siempre tan humorista.- dijo ella.
Tom al fondo de todas esas casas mal formadas vió una pareja de ancianos, tomando el té de las cinco, pero con una peculiaridad que a Tom le preocupaba.
-¿Quiénes son esos ancianos?-dijo Tom
¿Qué ancianos...?-contestó Marie.
Ya en aquella casa diferenciada de los demás no había nadie...Tom empezó a preocuparse.
- No te preocupes Tom verás que harás nuevos amigos- le dijo su padre para tranquilizarlo.
En los ojos de Tom había miedo, todo para él era extraño. Era un adolescente normal, de 16 años una inocente criatura, delgado como un palillo y tan alto como el último árbol caído en una guerra. A lo lejos Tom vió a una persona que le resultaba familiar.
- ¡Marie!, ¿qué haces tú aquí?- Sonrío Tom como si fuera su última sonrisa.
- ¡Vivo aquí,Tom! en realidad estoy con mis abuelos ya que mis padres con el tema del trabajo pues...
A Tom solo le importaba que Marie estaba en ese pueblo fantasma donde el único vecino que tenían eran las termitas del trastero.
-¡Marie!, si que has crecido desde la última vez, ya sabes el tema del trabajo y demás- dijo Peter, el padre de Tom.- Hijo, vete con Marie ella te ensañara tu nueva Ítaca-.
Marie y Tom caminaron durante horas, apenas viendo a cinco o seis habitantes en aquel pueblo que parecía una cúpula para evitar el contagio.
-Seguro que este pueblo no es famoso en sus guías turísticas- sonrío Tom.
- ¡jajaja!, tú siempre tan humorista.- dijo ella.
Tom al fondo de todas esas casas mal formadas vió una pareja de ancianos, tomando el té de las cinco, pero con una peculiaridad que a Tom le preocupaba.
-¿Quiénes son esos ancianos?-dijo Tom
¿Qué ancianos...?-contestó Marie.
Ya en aquella casa diferenciada de los demás no había nadie...Tom empezó a preocuparse.
Prólogo.
Tom, desde que aquel día en la biblioteca tuvo esa experiencia...No cambiaría su vida, sino eso sería su vida. Marie, su amiga de toda la vida, desapareció una noche de vuelta a su casa por el bosque de Huston Fried... Tom preocupado desea ir a buscarla, pero al sentir un fuerte dolor de cabeza y cerrar los ojos... Estaba en su cama como si nunca hubiera pasado nada.
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